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Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Capitulo 296
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Capitulo296 Al verlo tan débil y fatigado, Bella decidio no empeorar las cosas. —No te esfuerces, quédate acostado.

—Ayidame a levantarme. —le pidio Pedro con dificultad.

Bella no se nego y lo ayudo a volver a recostarse en la cama.

Junto a esta habia una computadora encendida, seguramente Pedro la usaba para atender sus asuntos cuando tenia un momento libre.

—Tengo sed. —volvio a decir.

Ante su condicion de enfermo, Bella fue a buscarle un vaso de agua.

Pero alli no habia agua caliente, ni siquiera a temperatura ambiente.

Por lo que tuvo que poner a calentar un poco.

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La suite contaba con una pequena cocina, pero se veia impecable, era evidente que nadie la habia usado antes.

¢Acaso Pedro ni siquiera habia cocinado cuando le pidi6 a Bella la receta para hacer un poco de sopa? Con el agua caliente, Bella le llevo el vaso a Pedro.

Pero lo encontrd absorto trabajando en la computadora.

— No puedes dejar el trabajo por un rato y descansar? —le recrimino ella.

Pedro la mir de reojo sin responder, continuando con sus tareas.

Bella prefirio no insistir mas y se puso a buscar informacion sobre los restaurantes de la zona.

Ya que estaba ahi, al menos probaria la comida local.

Pero Pedro la interrumpio.

— Aqui no hay nada bueno para comer, cocina td algo para mi.

Mientras buscaba, Bella escuché que Pedro le dijo: —Quiero sopa de arroz.

Bella levantd la vista y vio que Pedro habia cerrado la laptop y sostenia el vaso de agua sin expresion en el rostro.

Bella no pudo evitar soltar una leve risa. —Senorito, director Romero, yo solo vine porque la abuela me envio a ver como estabas, no a cuidarte o ser tu

ninera. Si quieres comer, hazlo ta mismo. De todos modos, ya te envié la receta al teléfono.

Era quisquilloso con la comida y no estaba dispuesto a cocinar para si mismo. Ella no toleraria su capricho.

Pedro se quedo sin palabras.

No pretendia que Bella lo atendiera, solo queria saber si alin se preocupaba por él.

Pero se sorprendio al descubrir que aquella Bella que antes le preparaba la cena todos los dias, ahora ni siquiera queria hacerle una sencilla sopa de arroz.

No lograba entender del todo esos sentimientos.

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Irritacion, decepcion y extraneza lo

embargaban.

Finalmente, Bella encontré un restaurante francés con buenas resenas en linea.

Cuando se estaba arreglando para salir, noto que Pedro también se habia puesto su abrigo, evidentemente dispuesto a acompanarla.

Bella lo mir6 con recelo. —¢No estabas enfermo? Y ademas, no te gusta la comida extranjera, {por qué quieres venir? Pedro la observé mientras Bella se ponia un vestido elegante y ajustado, con un abrigo largo cenido a la cintura.

Se vefa radiante y juvenil.

Reprimiendo el impulso de rodearle la cintura, Pedro respondio con frialdad: —No puedo morir de hambre.

Dicho esto, se adelantd y abrio la puerta.

Bella lo siguié de cerca. —¢Sabes cual es el nimero de emergencias por aqui? Por si te desmayas de debilidad.

Pedro se quedo sin palabras.

Dijo ella, saliendo con él del hotel. Ella atrajé miradas de los transetntes.