Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Capitulo 295

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Capitulo295 Varias horas después, Bella llegé al aeropuerto del pais de Marelia.

Miguel, quien habia recibido el mensaje de la abuela, la esperaba con sus maletas cuando salio.

—Senora, lamento las molestias de tu viaje.

Miguel le dijo con respeto: —El director Romero esta enfermoy descansando en el hotel, y yo tenia miedo de que tu itinerario cambiara, asi que no le conté sobre su visita por el momento.

Cambiar itinerario? Deberia tener miedo de que no viniera.

Bella le pregunt6: —¢Qué le paso a Pedro, ha visto al médico?

—Tiene algo de fiebre y tos, pero sélo ha tomado un poco de medicamento, sin ir al doctor. SE Explic6 Miguel: —El problema es que el clima aqui es mas frio, el director Romero no se abrigé bien y se resfrio, ademas de que no ha comido adecuadamente, por eso se ha agravado.

Bella no pudo evitar pensar en silencio que era un workaholic que no hacia caso. .

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Miguel le dijo: —No me escuchaba, no veia a un médico, y me preocupaba que el cuerpo del director Romero no pudiera resistir, asi que no tuve mas remedio que llamar a Anciana Romero.

Bella sonrio sin decir nada.

Miguel sabia que ella y Pedro iban a divorciarse, y no queria notificarselo directamente. Por eso, buscé ala abuela Romero.

De esa manera, la carinosa abuela acudiria a Bella para cuidarlo.

No por nada era el hombre de confianza de Pedro, pues tenia en cuenta cada detalle.

El chofer manejaba el auto, mientras Miguel acomodaba el pequerio equipaje de Bella en el asiento trasero y él'se sentaba en el asiento del copiloto.

En el trayecto en coche, Miguel atendi6 varias llamadas de trabajo, pues al estar enfermo Pedro, algunas tareas habian recaido en él.

Bella comprendio entonces la situacion agobiante en la que se encontraba.

Tenia que trabajar y cuidar a su jefe, que era muy dificil.

Unos minutos después, llegaron al hotel.

Miguel llevo el equipaje de Bella mientras subian juntos en el ascensor.

Al abrir la puerta de la suite de Pedro, Miguel le indic6 a Bella que pasara primero.

Ella entré y vio que era una suite.de negocios, con una sala de estar y un escritorio, y el dormitorio al fondo.

—Es posible que se haya quedado dormido después de tomar el medicamento. —dijo Miguel.

Debido al jet lag, Bella salié durante el diay llegd aqui durante el dia.

Dado que Pedro descansaba, Bella decidi6 no irrumpir de momento.

— Senor, ¢has estado mucho tiempo en el avion y tienes hambre? Quieres que te pida algo de comer? —pregunto Miguel.

Bella sacudio la cabeza. —Ve a atender tus asuntos, puedo cuidar de mi misma.

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Miguel, sin insistir mas, se retir6 de la habitacion.

Cuando Bella regresé a la sala, Pedro acababa de salir del dormitorio.

Vestia una camisa, no se sabia si de la noche anterior o acabada de ponerse, con algunas arrugas. Tenia el ceno fruncido y los labios resecos, reflejando en su apuesto rostro cierto agotamiento.

Habia perdido aquella distante superioridad que solia mostrar, adquiriendo una faceta mas cercanay terrenal.

Al verla, los oscuros ojos de Pedro se iluminaron con un brillo de alegria.

—¢Qué haces aqui? —preguntd con voz ronca, tosiendo un par de veces.

Bella le respondié con sinceridad. —La abuela se preocupaba de que estuvieras enfermo y sin nadie que te cuidara, por eso me envio a ver como estabas.

Ademas, aprovecho para que firmes los papeles del divorcio.

El semblante de Pedro se endurecio levemente. —Bella, ;acaso ese ultimo proposito no es el verdadero motivo de tu visita?

Bella lo mir impasible. —Puedes pensar eso si quieres.

— Tos, tos, tos! —Pedro se agarro al marco de la puerta, tosiendo con fuerza por ira.

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